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La vitamina D y la piel

La luz solar es la principal fuente de vitamina D. En caso de carencia, pueden aparecer afecciones cutáneas. ¿Cómo se puede prevenir?

La vitamina D es una vitamina muy popular. Y no es para menos. Esta vitamina favorece la función ósea y muscular, contribuye a un sistema inmunitario fuerte e interviene en una amplia gama de procesos corporales. La vitamina D se produce en gran parte en la piel, bajo la influencia de la luz solar. Además, la vitamina D se encuentra de forma natural en porcentajes relativamente altos en el pescado azul y, en menor medida, en los huevos y la mantequilla.

 

La importancia de la vitamina D para la piel y la salud

La luz solar es la principal fuente de vitamina D. Aproximadamente dos tercios de la cantidad de vitamina D que necesita diariamente se produce de esta forma. La parte restante procede de la dieta. En primavera y verano, el sol es lo suficientemente potente como para que la piel produzca vitamina D.

La importancia de una cantidad suficiente de vitamina D pone de manifiesto las siguientes afecciones cutáneas que pueden deberse a una carencia de vitamina D:

Piel apagada

Si tu piel tiene un aspecto grisáceo y apagado, y de repente sufres de ojeras, lo más probable es que estés luchando contra la carencia de vitamina D.

Piel inquieta

La vitamina D puede reducir ciertas inflamaciones de la piel. Con una deficiencia, el cuerpo tiene que esforzarse más para luchar contra afecciones cutáneas como el acné y la rosácea.

Líneas de expresión

La vitamina D es un antioxidante que ayuda a prevenir las líneas de expresión y las arrugas. Una carencia de vitamina D hace que las arrugas y las líneas de expresión aparezcan más rápidamente.

Piel seca

La piel seca y con picores puede ser un síntoma importante de la deficiencia de vitamina D. Suele aparecer en las mejillas, la barbilla y la frente. En el peor de los casos, puede provocar eccemas, ya que el sistema inmunitario funciona peor.

Sudoración más rápida

Por último, la carencia de vitamina D puede provocar un aumento de la sudoración en todo el cuerpo. Esto puede resecar e irritar la piel y acelerar la aparición de granos.

 

¿Cómo se puede prevenir la carencia de vitamina D?

La carencia de vitamina D puede deberse a la falta de luz solar, pero también a determinadas enfermedades (obesidad, problemas intestinales como la enfermedad de Crohn o la fibrosis quística), medicamentos (por ejemplo, fármacos para reducir el colesterol) o una dieta insuficiente en calcio pueden hacer que la vitamina D se absorba menos o no se absorba en absoluto.

Las personas de piel oscura también forman un grupo de riesgo en lo que se refiere a la carencia de vitamina D. Esto se debe a que la melanina de la piel funciona como protección natural contra las quemaduras solares, pero limita el ritmo de producción de vitamina D.

Para determinar si padece una carencia de vitamina D, puede solicitar un análisis de sangre a su médico de cabecera.

Así pues, es fácil que una carencia de vitamina D esté al acecho, pero tomando suficiente sol y comiendo los alimentos adecuados (por ejemplo, pescado azul, hígado, huevos, mantequilla) puede al menos asegurarse de que su carencia sea mínima.

El consejo es estar al aire libre con las manos y la cara descubiertas al menos entre 15 y 30 minutos al día entre las 11 de la mañana y las 3 de la tarde. Esto es suficiente para que el organismo produzca la cantidad recomendada de vitamina D.

 

La vitamina D y los ojos

La vitamina D también se produce a través de los ojos. Por lo tanto, ¡salga al sol con regularidad sin gafas de sol!

 

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